Santo Domingo.- La producción bajo invernadero se ha convertido en toda una industria desde el punto de vista de la logística y de los protagonistas involucrados. La madurez comienza a sentirse en este subsector agropecuario. El potencial que queda por explotar de esta actividad económica, que genera divisas y nombre al país en los mercados internacionales, es inconmensurable si se toma en cuenta que cada días los mercados son más exigentes en la calidad de los productos.
Estados Unidos, Europa y el mercado del Caribe son las principales puertas de entrada de los productos dominicanos. Los datos hablan por sí solos. En el 2004, a dos años de iniciado formalmente el proyecto de invernaderos en el país, había alrededor de 268,000 metros cuadrados de estas estructuras metálicas forradas o cubiertas de plásticos con una capacidad, hasta el momento desconocida, de multiplicar los niveles de productividad. Para el 2009 los datos oficiales indicaban que ya había dos millones 946 metros cuadrados.
El PROMEFRIN (Programa de Mercados, Frigoríficos e Invernaderos), una instancia del Ministerio de Agricultura, es la encargada de la ejecución de los tres proyectos que le dieron origen. Apenas se ha podido encaminar uno.
Una vez los organismos internacionales de financiación se dieron cuenta de la posibilidad de explotar este mercado y de la madurez de República Dominicana en la producción de invernaderos, comenzaron a llegar los fondos. El Deutshe Bank (España y Francia) y recursos provenientes de Brasil se han puesto a la disposición.
José Miguel de Peña Jiménez es el presidente del Clúster de Invernaderos. Se ha convertido en un promotor de esta forma de hacer agricultura. Ahora también está inmerso en combinar la iniciativa con los bioparques, que son proyectos más grandes de 100,000 metros cuadrados, un semillero de 2,500 metros para producir las plántulas que serán cultivadas en el mismo proyecto, un edificio para alojar las oficinas administrativas, una empacadora para la producción y empacar lo que produzcan los invernaderos instalados alrededor del proyecto. El objetivo es producir sano, protegiendo el medioambiente.
Financiamiento
«Vamos a lograr que en este año el Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción (BNV) preste RD$4,000 millones para la instalación de 22 bioparques, para lo cual ya están los fondos internacionales depositados en la entidad financiera, US$50 millones procedentes de España y US$61 millones de Brasil», explicó.
El presidente del clúster dijo que esos 22 bioparques equivalen a 2.2 millones de metros nuevos que significan casi la misma cantidad que se han instalado en los últimos diez años, lo que producirá exportaciones nuevas de 110 millones de libras, que son US$88 millones. Ahora el país exporta alrededor de US$40 millones.
La maduración de la idea, según cuenta de Peña Jiménez, ha costado poco más de tres años de sacrificio para que el presidente Leonel Fernández lo pueda asimilar. Además, entiende que los organismos del Estado deben seguir apoyando este tipo de proyectos y que no se le pueden poner trabas que dificulten el desarrollo de estas iniciativas, lo que redunda en la pérdida de competitividad.
LA ACTIVIDAD DE MEDIO AMBIENTE
Aportes al sector
José Miguel de Peña explicóque con el Ministerio de Medio Ambiente surgió un inconveniente que fue resuelto. El presidente del clúster dijo que esa dependencia quería cobrar RD$1 millón por cada bioparque, pero que luego entendió que era necesario incentivarlos, por lo que sólo serán RD$100 mil, lo que incluirá las inspecciones.
Destaca que las exportaciones no pueden ser penalizadas con gravámenes que otros competidores no tienen, ya que eso perjudica la competitividad y el desarrollo económico del país. Puso como ejemplo que México exporta US$8,000 millones en vegetales al año mientras que República Dominicana apenas US$40 millones.
Con la instalación de 22 bioparques se estima una generación de empleos que superará los 11,000 de manera directa más los otros colaterales.
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Fuente: Listín Diario.
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