Santiago.- Siempre se ha hablado de lo negativo que resulta para el suelo la práctica del monocultivo, y mas cuando no se le permite al terreno tener aunque sea algunas semanas de descanso. En el arroz está ocurriendo esa situación con la adopción de la práctica del retoño y del biretoño por parte de los arroceros.El retoño y el biretoño es una práctica beneficiosa para el productor, porque sin tener que invertir en preparación del terreno, en siembra, en trasplante y otras labores, el arroz se obtiene en menor tiempo que una cosecha normal, con una producción de buena calidad, aunque de menor productividad.
La inversión es mínima, limitada al paso del rolo después de obtenida la cosecha principal, con el fin de doblar las plantas cosechadas y estimular la brotación del retoño. Se incluyen algunas aplicaciones de plaguicidas (insecticidas y fungicidas), fertilizantes químicos y control de malas yerbas. Para el productor el retoño como el biretoño son positivos.
Los beneficios
¿Para el terreno es beneficioso mantener el cultivo de arroz todo el tiempo en la parcela? La repuesta es un no absoluto. El monocultivo de forma permanente afecta el equilibrio de la fertilidad del suelo y las plagas (insectos y enfermedades) que atacan al cultivo y generan toxina que afectan la buena productividad del terreno.
Los arroceros deben poner en práctica técnicas de conservación del suelo como la rotación de cultivo. Aceptar propuestas de las autoridades oficiales de rotar el arroz con habichuela negra y con soya es atinado porque además de la producción que genera, el terreno se enriquece de un nutriente como el nitrógeno, que en estos momentos es el más costoso en el mercado.
Una bacteria
Para la rotación con soya las autoridades oficiales deben facilitar la venta en el país de la bacteria que permite el enriquecimiento del suelo de nitrógeno. La bacteria se denomina Badryrhizobium y se puede obtener en Venezuela donde existen empresas productoras. También en Bolivia hay dos empresas dedicadas a la producción y venta de este microorganismo, así como en Argentina y otros países del área.
Esta bacteria obtiene el nitrógeno del aire que circula en el suelo, el cual posee alrededor de 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y un 0.03% ó 0.04% de CO2.
También recibe de la planta de soya hidratos de carbono, con lo cual la bacteria se nutre y prosigue durante el ciclo de vida de la soya, proporcionándole el nitrógeno que requiere y el sobrante es depositado en el terreno (30 a 40 libras/tarea), el cual será aprovechado por el cultivo del arroz en la siguiente cosecha.
HAY QUE HACER ADAPTACIONES
Para la mecanización en la siembra y la cosecha, se pueden utilizar granos utilizados en las siembras de habichuelas, maíz o sorgo. Las modificaciones son adaptarlas a las distancias entre hileras de 40 a 50 centímetros y entre planta y planta a cinco centímetros. Las cosechadoras de arroz con sus modificaciones, podrían utilizarse en las plantaciones de soya.Para la soya se deben tener máquinas adaptadas, porque de lo contrario realizar esas labores manualmente con obreros resulta muy costosa y totalmente fuera de época.
La rotación con la habichuela negra, aunque es un cultivo tradicional en el país, es posible que en los terrenos arroceros nunca se haya hecho al igual que la soya, y requieren también de inoculación con la bacteria.
Fuente: www.listindiario.com.do
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